Los cantáridos y el científico
Vivía un científico barbudo que se metía en todo. Un día paseaba por un paseo de fresnos y vio unas
criaturas extrañas en las hojas. Le llamaron la atención unos escarabajos verde metálico. Rápidamente
comenzó a recogerlos de a decenas y los guardó en una bolsa de tela.
Los seres le suplicaban desesperadamente: "¡Déjanos vivir! ¡Ahórranos la vida!"
Él no escuchaba sus lamentos. Paró solo cuando la bolsa estuvo llena. De camino a casa pensó: "¡Esos
escarabajos deben esconder algún secreto. Se ven tan extraños!"
Al regresar de su paseo, se encerró en un pequeño laboratorio y se puso a investigar. Puso todos los
escarabajos en alcohol. A los pocos días filtró la solución. Cuando el alcohol se evaporó, quedó en el fondo
del vaso una sustancia extraña: cantharidina.
Rápidamente descubrió que este compuesto mostraba propiedades fisiológicas extraordinarias.
Sin perder tiempo puso un anuncio en el periódico con este texto:
Pastillas Braun – ¡Cumplen tus sueños!
Producto para hombres – ¡funciona al cien por cien!
El interés fue enorme. La demanda superó con creces la oferta. Los desafortunados escarabajos fueron
cazados y capturados masivamente.
"¡Ay, ay!" lamentaban los escarabajos, "Si esto continúa así, todos nos extinguiremos."
Cada vez que veían acercarse a alguna persona, huían aterrorizados buscando un refugio adecuado.
Parecía que su destino estaba sellado.
De repente surgió cierta esperanza.
En revistas científicas aparecieron rumores extraños. Ese remedio milagroso causaba inflamaciones
peligrosas en los riñones. En algunos individuos incluso provocó la muerte.
La atención hacia los escarabajos cesó de inmediato.
Los escarabajos se regocijaron. Ya no tenían que esconderse ni temer por sus vidas. Volvieron a buscar
sus fresnos favoritos.
Traducido al español mediante inteligencia artificial
Enlace original: https://firesnake.eu